QUINTO INFORME DE GESTIÓN  AL CONGRESO Y A LA NACIÓN

Quinto Informe de Gestión
Al Congreso y a la Nación

Palabras del Presidente

Mario Abdo Benítez

Señores y señoras congresistas,

Querido pueblo paraguayo,

En esta última ocasión, que doy cuenta al Congreso de mis gestiones como presidente de la República, quiero expresar, antes que nada, mi gratitud a todos los senadores y diputados que hicieron parte de este periodo en el que me tocó conducir la administración general del país.

Con coincidencias y discrepancias, siempre en el marco de la tolerancia democrática, supimos encontrar la manera de trabajar juntos en tiempos difíciles. Podrá haber diferentes corrientes de pensamiento, pero el pueblo paraguayo al que nos debemos es uno solo y el manejo de la cosa pública no admite privilegiar sectores.

Saludo a la nueva integración del Poder Legislativo y a sus autoridades recientemente designadas. Ustedes son los elegidos para representar, a lo largo de estos cinco años que vienen, las múltiples ideas y convicciones que conviven en nuestra sociedad.

El apoyo y control al Poder Ejecutivo, sobre la base de disensos razonables, es trascendental para generar políticas que garanticen el bienestar de todas las personas.

A menos de dos meses de entregar la conducción nacional, quiero acentuar las principales gestiones del Gobierno.

Los detalles particulares de la orientación que hemos implementado cada una de las áreas podrán encontrarse en el informe extendido, que recapitula la labor de todas las reparticiones de la administración pública. Así también, quiero proyectar el principal desafío que tenemos por delante en la política paraguaya.

El objetivo principal y más preciado de esta administración, consolidar la democracia, ha tenido un año más de éxito. Dentro del régimen democrático, los gobernantes podemos tener aciertos y errores. Fuera del espacio definido por las instituciones, toda acción de gobierno estará siempre injustificada. Por eso, mi gran obsesión ha sido fortalecer la institucionalidad.

Tras un año más de mandato, los hechos siguen hablando por sí solos y revelan un transparente compromiso republicano con el imperio de la ley. La prueba más relevante es que se discute legítimamente sobre logros y materias pendientes del gobierno.

Sin embargo, no se habla de concentración del poder, quiebre institucional o intromisión en la justicia. Después de décadas de manipulación constitucional, estos últimos doce meses son el cierre de un quinquenio de pacificación en términos institucionales, que permitió depurar el escenario público de personalismos e imposiciones mayoritarias, y establecer los consensos plurales como el valor esencial de la actividad política.

Como muestra final, sin episodios inquietantes para la continuidad institucional, próximamente entregaré el mando tras unas elecciones nacionales que me han tenido solo como uno de sus garantes.

Pronto pasaré a ocupar el lugar que, desde mi juramento como presidente de República y por lealtad cívica, dije que ocuparía.

Este ha sido un año más que seguimos el camino de la institucionalidad. Sin interferencias indebidas en los demás poderes del Estado y comprometidos únicamente con el deber de mejorar las condiciones de vida de los paraguayos.

Los demócratas tenemos la obligación de proteger a los más vulnerables y garantizar la igualdad real de oportunidades. Hoy, gracias al esfuerzo de tantos funcionarios patriotas, vemos con satisfacción cómo los números de nuestra gestión, en este último año, siguieron ingresando a las páginas de la historia y solo esperamos, genuinamente, que continúen creciendo y fortaleciendo las bases de ese Paraguay pujante, que se destaca por la capacidad de trabajo de su gente.

Llegamos con ideas claras para la economía, la política exterior, la seguridad, la salud, la educación, la protección social, la infraestructura pública y la administración financiera y tributaria, entre muchas otras. Los sucesos externos imprevistos afectaron nuestro campo de acción, y demandaron sensibilidad contextual para reajustar la gestión gubernamental.

Muchos de los resultados que hemos tenido se inscribieron en líneas de acción históricas del Estado paraguayo, que a estas alturas pueden considerarse patrimonio público y que hemos cuidado al momento de imprimir nuestra visión. En ese contexto, una de las consignas que ha guiado nuestra labor es no desandar el camino exitoso abierto en algunos campos de intervención estatal, como es el caso de la fortaleza macroeconómica.

Este ha sido un periodo de retos inesperados para la solidez de nuestra economía. Luego de superar fenómenos de distinta naturaleza, que pusieron en verdad a prueba la responsabilidad en el manejo de las finanzas públicas, organismos internacionales señalan a Paraguay como el país que tendrá, en el 2023, el mayor crecimiento económico en Sudamérica.

No hay que olvidar que fuimos el país de la región con la menor caída económica durante la pandemia “La Fundación Getulio Vargas” considera que tenemos el mejor clima económico de la región. Además, después de siete años y según una de las calificadoras, la perspectiva crediticia internacional pasó de estable a positiva, situación que nos pone más cerca del grado de inversión.

Estos hechos dejan ver que la previsibilidad de hierro que caracteriza a la gestión macroeconómica paraguaya permanece intacta, y posibilitó cosechar triunfos extraordinarios también este último año.

El formidable posicionamiento del Paraguay en los mercados internacionales se debe a muchos elementos. Somos uno de los mayores exportadores de alimentos a nivel mundial.

Hemos alcanzado el tercer puesto en exportación de soja, el noveno en maíz y el décimo en carne vacuna. Junto con Costa Rica, somos uno de los países líderes en generación de energía eléctrica cien por ciento limpia y renovable.

Nuestra matriz productiva sigue diversificándose. Las exportaciones de bienes manufacturados de origen industrial superaron los 1.500 millones de dólares en el último año, el nivel más alto del que se tiene registro. Esta es una clara señal de que nuestro país está preparado para explorar otras áreas de negocio y abrirnos a nuevos mercados.

Asimismo, evidencia que atravesamos una fase que nos llevará a tener mayor resiliencia ante futuros choques externos. Seguimos superando récords en inversión privada, que entre agosto de 2018 y mayo de 2023 llegó a más de 4.300 millones de dólares. Con tasas de desempleo de las más bajas de Sudamérica y una alta capacidad productiva, puede decirse que la economía paraguaya continúa afianzándose como una de las más robustas, regionalmente.

Entre julio de 2022 y junio 2023 se han habilitado obras fundamentales como el «Túnel de Tres Bocas», que agilizará la circulación de vehículos en el departamento Central y el «Corredor de Exportación Natalio-Cedrales», que conecta los puertos ubicados sobre el río Paraná.

El fortalecimiento histórico de nuestra red vial asegura la reducción de costos en el transporte de la producción. De los casi 4000 kilómetros de construcción de rutas pavimentadas en el gobierno, 700 corresponden a este último año. Las obras emblemáticas como la «Ruta Bioceánica» y el «Puente de la Bioceánica», al igual que la «Ruta de la Leche», la duplicación de la «Ruta 2», el «Puente de la Integración» y el «Puente Héroes del Chaco», por mencionar solo algunas de las principales, trasluce la visión estratégica que siempre se tuvo para el Paraguay. Un país conectado y con mayor competitividad. Si queremos convertirnos en el centro logístico regional que anhelamos, este esfuerzo tiene que ser acrecentado y debe mantenerse al desarrollo de infraestructura en la misma senda.

Hemos cumplido con poblaciones con las que teníamos deudas históricas mediante obras como la «Defensa Costera de Pilar» y la «Costanera Sur» en la zona metropolitana.

Más allá del momento de unión que generó los juegos ODESUR, hay un legado que trascenderá. Con una inversión de más de 78 millones de dólares para la realización del evento, estamos dejando infraestructura deportiva sin precedentes. Los nuevos escenarios creados permiten que las personas puedan acceder a prácticas deportivas, físicas y recreativas, en 36 deportes y 54 modalidades.

El récord alcanzado por este gobierno en materia de producción de agua potable, implica un salto gigantesco en el abastecimiento de un servicio elemental y constitutivo de la vida digna. Luego de 30 años alcanzamos una producción total de agua potable de más 216.000 metros cúbicos diarios a nivel país. Las plantas de tratamiento de San Lorenzo y Bella Vista beneficiarán de manera directa a 120 mil y 250 mil personas, respectivamente.

Nuestra apuesta por la infraestructura eléctrica ha sido constante. En el año 2022, como estaba pronosticado, volvimos a superar por tercer año consecutivo el nivel de inversión. Los más de 330 millones de dólares que el año pasado fueron ejecutados por la ANDE para fortalecerse y tener mayor capacidad, reflejan el empeño por aprovechar nuestros recursos energéticos y ponerlos al servicio de las necesidades de la gente. Con las obras realizadas, Paraguay por primera vez en la historia está en condiciones de acceder y disponer de la totalidad de la energía producida y que, según el tratado, legítimamente nos corresponde. Este acceso estaba denegado por las limitaciones técnicas. Con estas obras se logra la esperada libre disponibilidad de la energía. La maquinización de Aña Cuá es la obra hidroeléctrica de mayor envergadura de después de la construcción de las tres grandes represas. Iniciada en el 2020, avanza a paso sostenido de acuerdo con su ejecución estimada en obras, previéndose su conclusión para el 2025. Para este mes se tiene prevista la terminación de los trabajos de la subestación Yguazú y su interconexión a la Central Hidroeléctrica de Itaipú. Esta obra estratégica permitirá que el Paraguay pueda retirar el cien por ciento de la potencia que le corresponde de la Itaipú Binacional.

El reciente acuerdo tarifario de Itaipú permite contar con recursos adicionales por un monto de 409 millones de dólares. Con este precedente se sentaron las bases para que el Estado paraguayo cuente con otros ingresos para llevar adelante grandes inversiones. De mantenerse los términos, significarían más de 2000 millones de dólares en los próximos 5 años para la administración entrante En el plano de nuestra política pública habitacional, solo entre junio de 2022 y julio de 2023 se han culminado más de 7.600 viviendas, totalizando más de 28.000 culminadas, que hacen parte de las 37.000 soluciones que se vienen gestionando desde el 2018, número que hasta el momento tampoco tiene punto de comparación.

Resta mucho por hacer si queremos seguir progresando en la satisfacción de las necesidades de la población y garantizar que todos los habitantes tengan una vivienda digna. Esperamos que los niveles de respuesta que dejamos sigan en aumento. La dignificación de nuestros compatriotas también ha sido posible en el contexto del reconocimiento de la tierra. Con eficiencia institucional, se incrementaron los títulos de propiedad entregados a la población campesina, habiendo alcanzado 5.962 ya en el mes de mayo, número igualmente inédito.

Nuestros adultos mayores, con quienes tenemos especial compromiso, también pudieron ver amplificado el alcance del programa diseñado para contenerlos, dado que, según las últimas cifras contabilizadas en el 2023, se consiguió aumentar el número de beneficiarios. El apoyo financiero a las micro, pequeñas y medianas empresas fue una de las tantas herramientas de política pública cuyo desempeño logramos potenciar. Se otorgaron más de 40 mil créditos con garantía del Estado a través del FOGAPY.

En materia de educación, con vocación deliberativa, diseñamos una estrategia que permitirá repensar el sistema de manera integral. Dejamos un itinerario para seguir construyendo la política educativa con la mayor legitimidad posible. Además, se ha alcanzado un récord de ejecución de los Fondos del FEEI en el 2022, hecho que permitió generar mayor impacto en la inversión en educación.

La salud ocupó un sitio central en la perspectiva de este gobierno. Tenemos más de 277 nuevas Unidades de Salud de la Familia en lo que va del mandato y las unidades de terapia intensiva, que en el 2018 llegaban a 274, actualmente alcanzan 817. Si a esto se suma la modernización hospitalaria basada en la construcción, después de 40 años, de dos centros de alta complejidad como el «Hospital de Coronel Oviedo» y el «Gran Hospital del Sur», y los más de 23 mil nuevos vínculos profesionales, puede observarse un punto de inflexión en la historia del sistema de salud paraguayo.

Unas 43 plantas de oxígeno puestas en marcha alimentan la autonomía del sistema de salud nacional. Vale recordar que en el 2018, cuando iniciábamos el gobierno, apenas contábamos con 4 plantas. A la par, el Instituto de Previsión Social habilitó 20 nuevos establecimientos para la atención de las personas.

Para contribuir con la reforma del Estado concebimos una extensa agenda legislativa. El año pasado fue promulgada la nueva ley de suministro y contrataciones públicas, que introduce un enfoque innovador tras casi veinte años, y que ahora mismo se encuentra en fase final de reglamentación.

Asimismo, remitimos al Poder Legislativo un nuevo régimen de la función pública, para profundizar la meritocracia y la profesionalización de los servidores, que está a la espera de ser analizado.

Como he sostenido a lo largo de estos años, tanto en el plano nacional como internacional, el desarrollo económico y el mejoramiento de las condiciones de vida no puede darse por fuera del Estado de derecho.

Mi postura sobre la lucha contra el crimen organizado es inflexible. Las redes delictivas transnacionales ponen en peligro nuestra forma de vida en democracia y pretenden sustituir las instituciones con dispositivos paraestatales. Somos un país comprometido con la cooperación y entendemos la importancia de adoptar medidas preventivas y sancionatorias.

 En esa línea, superamos la evaluación del Grupo de Acción Financiera de Latinoamérica, gracias al trabajo de modernización de nuestra estructura institucional para el combate al lavado de activos y el financiamiento del terrorismo. El dinero sucio que envenena nuestra economía no puede constituirse en la fuente de creación de una autoridad paralela.

En este tiempo encontré que esta mirada es absolutamente transversal entre los jefes de Estado de las naciones vecinas y amigas, con independencia de la matriz ideológica. Hoy por hoy, hablar de integración y solidaridad es hablar de compartir esfuerzos para enfrentar una delincuencia que no encuentra limitaciones en las fronteras.

Así como actualmente no caben dudas acerca de la universalidad de los derechos humanos, para la comunidad internacional es indudable el valor de la cooperación en materia de combate al crimen organizado transnacional.

Otro de los mensajes que, con dignidad y potencia, llevamos este último año al exterior, tiene que ver con la defensa de nuestro modelo de producción y el reconocimiento de las asimetrías como base de la integración regional.

He planteado sostenidamente que hay que pasar de la retórica a la acción. Que dejando de lado el color o signo político al frente de los gobiernos, las naciones deben respetar las circunstancias de cada país y los objetivos comunes deben perseguirse con la justa cuota de responsabilidad.

He defendido el imperio del derecho internacional, porque solo allí podremos encontrar refugio para los reclamos que consideremos justos.

Señores senadores y diputados de la nación,

La democracia paraguaya viene dando pasos decisivos para consolidarse, a pesar de algunas contramarchas que espero no volvamos a revivir. Creo que uno de sus grandes desafíos tiene que ver con crear mecanismos para la generación de acuerdos en épocas de crisis y tensiones, en las que resulta difícil contrarrestar las tendencias rupturistas. A esa tarea deben ser llamados todos quienes hemos servido a la patria desde la Presidencia de la República.

El país requiere que las personas que tuvieron la responsabilidad de liderar el Poder Ejecutivo, puedan ponerse por encima del conflicto electoral de coyuntura, y contribuir, con moderación y equidistancia, al entendimiento y diálogo fluido entre los actores políticos y sociales. Instituir un espacio para templar la polarización extrema.

Ese es el siguiente desafío de nuestra democracia. Para ello no es necesaria ninguna reforma constitucional. Paraguay necesita que sus expresidentes sean expresidentes y busquen condensar los grandes intereses nacionales. Que se entienda que traspasar el poder no debería suponer un problema. Que nadie está por encima de la ley. Que defraudar la confianza ciudadana carcome la posibilidad de desarrollarnos, porque incentiva comportamientos egoístas y frustra la creencia en el esfuerzo compartido.

Me despido recordando que si nosotros, los políticos, no respetamos a los ciudadanos y violamos nuestros juramentos constitucionales, Dios y el pueblo tienen el derecho a demandarnos. Tenemos siempre presente a Óscar Denis, Edelio Morínigo y Félix Urbieta, con quienes como sociedad tenemos una pesada deuda.

Agradezco a mi familia y a todo el gran equipo del Gobierno nacional por su incansable trabajo.

Que Dios bendiga al Paraguay.